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RESEÑA: "Salir a robar caballos". Per Petterson.

Descripción

Esta novela, traducida a más de cincuenta idiomas y considerada un "clásico contemporáneo", sigue a Trond, un hombre de 67 años, viudo, solitario y bastante antisocial, que ha decidido irse a vivir a una casa en medio de un bosque situado en Noruega, cerca de la frontera con Suecia, y terminar sus días allí...

En medio de las constantes tareas que lo mantienen ocupado (compró una cabaña en un lugar muy lindo pero que está en pésimas condiciones), el narrador protagonista recuerda especialmente un verano que pasó con su padre (por quien siente una admiración inefable), cuando él tenía 15 años y que identifica(mos) claramente como el momento justo en que el niño dejó de serlo para siempre:

"Era como si hubiera caído una manta y ocultado todo lo que alguna vez conocí. Era como empezar la vida de nuevo. Los colores eran distintos, los olores eran distintos, la sensación que me producían las cosas en el fondo de mí mismo era distinta. No solo la diferencia entre el calor y el frío, la luz y la oscuridad, el lila y el gris, sino la diferencia en el modo en que me asustaba y en el modo en que me ponía contento..."

Las evocaciones de aquellas vacaciones mezclan la nostalgia y el recuerdo de su padre con sucesos trágicos ocurridos ese mismo verano y que, conforme avanza el relato, se mezclan necesariamente con su presente. Ese verano es importante para Trond, además, porque descubre unas cuantas cosas sobre la historia de su padre, de quien conocía bastante poco porque el hombre guardaba muchos secretos y el hijo, al ser tan chico e inocente, no comprendía...

"Si me concentro lo suficiente soy capaz de entrar en el almacén de mi memoria, encontrar el estante correcto con la película correcta, sumergirme en ella y sentir en el cuerpo aquella excursión a caballo con mi padre a través del bosque, cuando remontamos la loma muy por encima del río y bajamos la otra vertiente y cruzamos la frontera con Suecia y nos adentramos en lo que al fin y al cabo era una tierra extranjera, al menos para mí".

A pesar de que el relato del pasado y del presente se imbrincan, la novela es, en realidad, una coming of age (término que se utiliza en el cine para referirse a las historias que relatan la mutación de la infancia en adultez), que propone una reflexión emotiva, y de una enorme profundidad, acerca de la vida en general, y del amor y la soledad en particular.

Salir a robar caballos es de una belleza narrativa inusitada: la descripción del paisaje rural noruego y los acontecimientos ocurridos allí, lejos de distraernos del relato principal, nos colocan frente a una vitrina privilegiada, a través de la cual podemos apreciar tanto el crudo invierno como el exuberante verano nórdico. Porque acompañar a Trond en este recorrido por los momentos más significativos de su vida es abrazar, a un tiempo, a nuestra propia infancia y a la adultez, siempre teñida (queramos o no) de esos rasgos pasados que nos marcaron inevitablemente.