RESEÑA:
Nat, una treintañera que abandona su trabajo en la ciudad en circunstancias bastante extrañas, alquila una casa muy venida a menos en La Escapa, una zona rural con muy pocos habitantes permanentes. A pesar de lo poco (y nada) que sabemos de ella, adivinamos una personalidad compleja, reservada, solitaria y bastante asocial. De a poco, sin embargo, comienza a relacionarse con algunos vecinos, hasta que irrumpe en escena "el alemán", un hombre doce años mayor que ella, que le propone una especie de "trato" o "intercambio de favores". Aunque Nat no se siente atraída físicamente por Andreas, quien se muestra siempre serio, apático y algo tosco, comenzará entre ellos una relación. Pero estos encuentros, en principio puramente sexuales, lograrán que Nat se termine ¿enamorando?, ¿obsesionando?
"La primera vez, el día en que cerraron aquel extraño trato, Andreas inoculó en ella su veneno, eso es lo que pasó. Nat no era consciente de la trampa, pero cuando se vistió y se fue, lo transportaba consigo, y el veneno continuó expandiéndose por sus venas, invadiéndola con sus devastadores efectos".
A partir de ese momento, todo en la vida de Nat irá en declive, saldrán a la luz sus peores fantasmas y su relación con el entorno, que nunca le fue fácil, será cada vez más tormentosa. La inseguridad de la protagonista, sus celos difíciles de dominar y su sufrimiento creciente colocan al lector en una posición incómoda y lo llenan de perplejidad,
"Desde que conoció a Andreas todo se ha salido del guión previsto. Desmontando todos sus prejuicios, uno a uno, Andreas excava en su indefensión, sacando paletadas y paletadas de confianza. Ella se vuelve cada vez más pequeña, y él más fuerte. Ella más dependiente, y él más libre".
Así como Nat va sintiendo que su relación con Andreas es adictiva, lo mismo nos pasará a nosotros con la novela: hay algo tan tentador como embarazoso, irritante, en su lectura y que va in crescendo con el correr de los párrafos...Y si algo atrapa de la narración, más allá de que está muy bien escrita y tiene un ritmo perfecto, es la certeza de que nada es lo que parece y de que hay algo latente, oculto, siempre a punto de explotar. Hasta que explota...